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Esta publicación ofrece un análisis detallado de cómo los gobiernos -como garantes de Derechos Humanos-, y los medios de comunicación, con obligaciones sociales, están llamados a ser los ejemplos a seguir en materia de democracia y, por lo tanto, a impulsar la libertad y la igualdad, vigilar el respeto a las libertades públicas y los derechos individuales sin exclusión en razón de sexo.
Al tiempo que sostiene que la apuesta es no solo vivir la democracia como ciudadanía activa e informada por medios de comunicación plurales, sino construir una democracia paritaria que coloque en el centro a las mujeres y que cuente con los medios de comunicación con perspectiva de género y de derechos humanos como aliados primordiales. |